Hay en estos tiempos un personaje que no deja sin externar opinión a nadie. Por un lado por ser un ícono de la lucha por la libertad de expresión, la libertad de prensa, los derechos humanos, el libre uso de software, la verdad, el acceso a la información y sabrá cuántas más causas en las que ha sido un referente universal. Por el otro, ha sido acusado de violación. Las filtraciones hechas por Wikileaks lo colocaron en el lugar del héroe para unos, y del peor "terrorista" para otros. Hay quienes piensan que es un perseguido político, y quienes lo tachan de ser un mercenario. Hay quienes piensan que como hacker es un parteaguas en la historia moderna de la humanidad, y quienes creen que todo lo hizo para ganar dinero. Las consecuencias no han sido pocas: vivir bajo arresto, incomunicado, refugiado, acusado, vilipendiado, aislado, amenazado de muerte, prisionero y en espera de ser extraditado a Estados Unidos, el país que abiertamente se frota las manos para cobrarse todas las revelaciones sobre seguridad, guerras y secretos de Estado.
Sofía Orozco
Es tapatía, chef repostera por casualidad y periodiquera por afición. Desde una perspectiva ciudadana, analiza y critica lo cotidiano.