Hoy es el turno de hablar de las comunidades de escritura. Las hay de todo tipo, y no son asunto nuevo. Una de las más reconocidas es Oulipo, fundada en París en los 60 por Queneau, a donde asistieron Julio Cortázar e Italo Calvino. Del boom setentero a la fecha, destacan interesantes iniciativas para aprender a escribir: El taller de Noé Jitrik o Casa de Letras en Argentina, Fuentetaja o el Hotel Kafka en España, la Scuola Holden en Italia, o en México la SOGEM.