OPINIÓN

Detrás del caso está la guerra contra el narco, que desde 2006 sólo ha traído violencia y corrupción

Marisela

Jorge Volpi EN MURAL

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No parece haber ninguna duda de la culpabilidad de Sergio Rafael Barraza Bocanegra: él mismo ha confesado el asesinato de su antigua pareja, Rubí Frayre; ha señalado el lugar en donde las autoridades han desenterrado su cuerpo e incluso, en la última oportunidad que tiene de hablar antes de ser sentenciado, le pide una torpe disculpa a la madre de ésta. Y entonces, después de un angustiante receso, los tres jueces deciden, por unanimidad, dejarlo libre por falta de pruebas. Enloquecida, Marisela Escobedo grita, aúlla y se arroja al piso en medio del pasmo de todos los que asisten al juicio -incluido el propio Barraza, quien ya se imaginaba condenado.