OPINIÓN

Medusa juchiteca

Genaro Lozano EN MURAL

4 MIN 00 SEG

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Rosalba toca el timbre. Nos dice que Graciela recibe pocas visitas y que espera que no se le haya olvidado la cita. Estamos en el barrio del Niño Jesús, en Coyoacán, y a la vuelta está el fantástico taller de la fotógrafa, y en la otra esquina, a pocos pasos, está la que fuera la casa de Manuel Álvarez Bravo. De pronto escuchamos una voz, es la de Graciela. Nos abre la puerta y sale disparado corriendo Horr, su bulldog francés a quien ella nombra "horr", por horrible, aunque el perro es realmente un verdadero guapo. Graciela Iturbide es chiquita, delgada y trae un bastón. Se acaba de caer y de lastimar el fémur, pero aún así sube y baja escaleras con toda seguridad. Su cuerpo contrasta con la fortaleza de su carrera. La fotógrafa mexicana acaba de recibir el Princesa de Asturias como reconocimiento a la magia de su ojo. Es una diosa y nos invita a entrar. ¿Quieren un mezcal?