OPINIÓN

MÉXICO MÁGICO / Catón EN MURAL

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
Llegaban como las golondrinas, en parvadas y con astronómica puntualidad capistranesca. Los gringos... Nosotros decíamos "las gringas", porque de la existencia de ellos ni siquiera nos percatábamos, si no era para escribir con gis en la pared del Parque Azteca: "Yankees, go home; gringas, come home".
 
A más de la del tren había dos estaciones en Saltillo: la de los gringos y la otra. La vida de la ciudad giraba en torno de los rubios visitantes; las casas se preparaban para recibirlos como huéspedes, pues todo el año vivirían las familias con lo que ellos dejaban al vivir aquí. Los profesores obtenían un ingreso extra trabajando de tutores en las vacaciones.