OPINIÓN

MÉXICO MÁGICO / Catón EN MURAL

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
Eran dos grandes personajes. Los dos eran de Tabasco. El primero se llamó don Francisco J. Santamaría. Era hombre apasionado. ¿Quién que sea de Tabasco no es un apasionado? Apasionado fue Carlos Madrazo, apasionado fue José Pagés Llego, apasionado es López Obrador. Don Francisco tuvo al mismo tiempo fama de sabio y de político, extremos casi imposible de juntar. Es uno de los más ilustres lexicógrafos que ha tenido México. A él se debe el precioso "Diccionario de Mejicanismos" así, con jota, una de las obras más ricas que hay acerca de los modos de hablar del mexicano. Don Francisco no habría escrito "mexicano" sino "mejicano", pues no admitía el uso de la equis en ese gentilicio. Tampoco habría escrito "hay" sino "hai", porque no aceptaba la existencia de la letra que llamamos "ye" o "y griega".