OPINIÓN

MÉXICO MÁGICO / Catón EN MURAL

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En el centro del valle, que es lo mismo que decir en el centro del mundo, está Saltillo. Porque así me lo dicta el corazón yo encomio a mi ciudad en forma que algunos dirían hiperbólica. La otra noche -he contado- tuve un sueño. Soñé que me moría, y que por la misericordia del Señor, también muy hiperbólica, todas mis culpas me eran perdonadas. Me veía ante las puertas del Cielo, formado en la fila de los bienaventurados que esperaban ser admitidos en la mansión celeste. San Pedro, que tiene las llaves del Reino, interrogaba a cada uno de los recién llegados.