CONCENTRAR cámaras y micrófonos día tras día, le está pasando la factura a la presidenta Claudia Sheinbaum. Al ser vocera de sí misma y de toda la 4T, es ella quien carga con el desgaste político de cualquier problema que surja. Y justo eso es lo que le pasó el fin de semana al enfrascarse en un pleito prácticamente personal con Jeffrey Lichtman, el abogado de Ovidio Guzmán.