La inversión en empresas en etapas tempranas vive un auge histórico. Cada vez más, inversionistas incluyen al capital privado en su portafolio, como una clase de activos a ser explorado (y que bueno). Hoy por hoy, invertir en compañías de reciente creación representa una emocionante aventura que puede revolucionar una industria entera y por supuesto, puede generar atractivos retornos. No obstante, existen muchos mitos en el proceso, sobre los cuales vale la pena reflexionar. Hoy, quisiera centrarme en dos: El control accionario de las compañías en las que se invierte y su valuación.