Aquello que no fue negocio se deja caer, se olvida, acaba por empeorar el paisaje y envenenar más la vida de la ciudad
Tiempo de 'mejoras'
NEGRO Y CARGADO / José Israel Carranza EN MURAL
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Hace falta un evento que concite atención internacional para que Guadalajara tenga arreglos y mejorías. Y, sin embargo, como vimos por última vez con los Juegos Panamericanos de 2011, tales ganancias para la ciudad son muy relativas: las obras pronto dejan de ser útiles, se omite dar mantenimiento a lo que se inauguró o reinauguró y se presumió en su momento con tanta alharaca. Y, sobre todo, aquello que no fue negocio se deja caer, se olvida, acaba por empeorar el paisaje y envenenar más la vida de la ciudad. El colmo fueron las Villas Panamericanas, construidas sobre la chuecura y a la mala, emblema de la codicia y la corrupción y la impunidad que suele haber detrás de esas ocasiones para la espectacularidad y de las que tan poco termina beneficiándose directamente la ciudadanía.