OPINIÓN

En contraste con otras naciones que optaron por transformarse en el último siglo, México decidió no sumarse a la civilización occidental

Tiro en el pie

Luis Rubio EN MURAL

4 MIN 30 SEG

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
En los días aciagos del comienzo de 1995, cuando luego de una aguda devaluación la economía mexicana se estremecía por la incertidumbre derivada de un instrumento de deuda emitido por el gobierno mexicano denominado en dólares, los líderes financieros y políticos del mundo debatían qué había ocurrido en México. Tan solo unos meses antes, México había logrado un hito que lo diferenciaba del resto del mundo: acceso privilegiado al mercado norteamericano e instituciones estadounidenses que servirían para conferirles certidumbre a los propios mexicanos y a quienes decidieran invertir en el país. Todo indicaba que México finalmente rompería con las ataduras del subdesarrollo para incorporarse al mundo civilizado.