OPINIÓN

Un danzón frustrado

Guadalupe Loaeza EN MURAL

4 MIN 30 SEG

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
Un día Elena Poniatowska me preguntó si no andaba con Gonzalo Celorio: "Brincos diera", le dije a propósito de mi maestro de literatura de los jueves del taller de Poniatowska. Un profesor muy bien parecido, de ojos azules, con sentido del humor y sumamente erudito. Entonces, reconozco que lo admiraba muchísimo y durante sus clases lo escuchaba con la boca abierta, sobre todo cuando nos citaba de memoria largos fragmentos de Rayuela, de Julio Cortázar, y de Juan Rulfo. De ambos autores conocía su obra como la palma de su mano. "Escuchen los silencios de Pedro Páramo, lean despacio, métanse en la piel del protagonista", nos decía con su mirada azul añil.