Una ingeniera con visión térmica

Tras graduarme y trabajar en metrología y empaque, incursioné en el sector automotriz, donde las cámaras termográficas ya eran fundamentales. Tuve que capacitarme para manejar estas cámaras y apoyar al equipo técnico, por lo que fui enviada a Boston para un entrenamiento especializado. Esa experiencia fue transformadora: descubrí el enorme potencial de esta tecnología y como mujer ingeniera mecánica, entendí que este campo me permitiría crecer profesionalmente y desarrollar mis fortalezas técnicas. En México, aún era una disciplina poco explorada y decidí hacerla mía. Me certifiqué y tracé mi meta: ser referente nacional en radiación infrarroja aplicada a ciencia, ingeniería, capacitación y desarrollo tecnológico. En 2004 emprendí, a pesar de las dudas de un entorno aún dominado por hombres.