El 2020 es un año de claroscuros. En particular, el fomento e impulso al libro y la lectura ha sido tan afectado como otros: la cadena del libro estuvo prácticamente en pausa en todo el mundo desde febrero al detener los pagos de anticipos por contratos, regalías y adelantos para autoras y autores; las librerías cerraron y algunas de las ferias más influyentes del mundo tuvieron que posponerse, cancelarse o volverse virtuales, como sucedió como Bolonia, Barcelona, Buenos Aires, Madrid, Bogotá o Londres.