OPINIÓN

Antes de construir al enemigo, hace falta ensamblar varios agravios: precariedad, desempleo, frustración y, sobre todo, ausencia de futuro

Aliens

Jorge Volpi EN MURAL

3 MIN 30 SEG

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
En la película de Ridley Scott de 1979, el alien que se infiltra en la nave espacial Nostromo fue diseñado por H. R. Giger: mitad humano, mitad bestia -con cierto carácter de insecto, reptil y máquina-, posee una larga cola terminada en punta, ágiles garras y un rugoso exoesqueleto, así como una gigantesca cabeza fálica, desprovista de ojos, y una poderosa mandíbula de la que surge una probóscide retráctil aún más espantosa. El gran acierto del director británico consistió en no mostrar su cuerpo más que de forma intermitente y fragmentaria, acentuando el suspense y animando al público a proyectar sus propios miedos en el esperpento.