Las acciones emprendidas por esta administración en contra del huachicol demuestran que, en los seis años anteriores, hubo complicidad y una corrupción que permitieron que crecieran los ilícitos con combustible robado, cuando desde la mañanera se aseguraba que ya había desaparecido el huachicol. Los encargados de las aduanas terrestres y marítimas se volvieron más voraces y protegidos.