Ni en el presente ni en el pasado Gobierno parece haber congruencia entre lo que dicen y lo que hacen. Clarísimo ejemplo de esta disonancia es la pretensión de aumentar de 0.5 por ciento a 0.9 la tasa de retención sobre los intereses de los ahorros. Ello cuando se ha repetido hasta la saciedad que "no habrá nuevos impuestos". Sin embargo, HAY aumentos como éste, que castigan el ahorro.