En el juego de curules y traiciones, de forma súbita irrumpió un bloque opositor "sui géneris" que sacudió al Congreso de su letargo legislativo. Las fracciones parlamentarias del PAN y del PRI, aliadas tradicionales -y en muchos casos incondicionales- del oficialismo local, se revelaron contra Movimiento Ciudadano. Operadores políticos dentro y fuera del Legislativo lograron ensamblar un frente tan plural como frágil, integrando las fuerzas políticas de oposición en el estado. Un bloque parlamentario que lograría la ansiada mayoría calificada necesaria para modificar la Constitución local y reasignar el presupuesto.