OPINIÓN

Morena ganó en 2024 recurriendo no sólo a trucos electorales tradicionales, sino utilizando el más riesgoso de todos: el gasto público

Consecuencias

Luis Rubio EN MURAL

4 MIN 30 SEG

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El culto al Estado y el amor por el gasto público como instrumento entrañan un profundo sentir seductor. Quién mejor que "el Estado" para resolver los problemas, planear hacia el futuro y servir a la ciudadanía. Que se produzca en México; que no se importe ni lo que no se produce (o no se puede producir); que el gobierno (o, cada vez más, el ejército) construya y administre; que el gasto vaya a cosas improductivas porque la utilidad política es implacable. El potencial justificador de un cada vez mayor activismo gubernamental es literalmente infinito. Pero también es, como dice el economista Thomas Sowell, "pensamiento de primera fase". Cuando uno se pregunta ¿qué pasa después? (segunda fase del pensamiento), resulta evidente que cada una de esas "prioridades" entraña distorsiones, costos cada vez más elevados, enormes ineficiencias y, como vemos estos días, cada vez menor crecimiento de la economía. La lógica estatizante que estamos viviendo tiene consecuencias.