En México, la 4T predica valores... pero negocia intereses. Hablan de soberanía y pactan en lo oscuro. Condenan al crimen organizado y lo toleran en los hechos. Prometen justicia mientras debilitan al Poder Judicial. La Presidenta habla de independencia... pero obedece, o al menos eso parece, al poder oculto de AMLO. No es transformación: es la vieja realpolitik disfrazada de mandato popular.