OPINIÓN

El caso Suazo

Mario Castillejos EN MURAL

MIN SEG

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Sólo lo absoluto merece el acompañamiento de la eternidad (José Vasconcelos)

No hay duda: el chileno Humberto Suazo es el mejor jugador que ha vestido la camiseta del Monterrey en los últimos 30 años. En la cancha, su sola presencia marca diferencia.

El "Chupete" es de esos extraños delanteros con habilidades de mediocampista. De su excepcional técnica individual se desprenden precisión, gambeta, remate, pase a gol y gol. Su físico lo provee de la potencia y el freno necesario para destroncar al más hábil marcador. Y de existir alguna carencia en su variado arsenal, ésta sería en el juego aéreo.

Aunque podríamos debatir, creo que sin el famoso "Chupete" los Rayados difícilmente hubieran bordado tres nuevas estrellas a su escudo.

Pero alrededor de ese cuerpo repleto de habilidades futbolísticas, también existe un personaje de antojos, poses y misteriosos razonamientos.

En Japón, tan pronto fracasaron en lo que algunos calificaron como el torneo más importante en la historia del Club, Humberto buscó a los dirigentes para comunicarles que como su mamá se encuentra delicada de salud, a él le gustaría ser cedido a una liga que esté más cerca de Chile.

Les aseguro que lejos de causar mortificación en el humor de los dirigentes, en el hotel de Yokohama, González Ornelas, Salvador y Vucetich, al escuchar las intenciones del chileno, al unísono le plasmaron un gesto de fastidio.

Recordemos que en el año 2010, cuando Suazo fue irracionalmente prestado al ahora quebrado Zaragoza de España, el chileno usó como presión para lograr su traspaso una supuesta promesa que antes de morir había pactado con su señor padre.

Seis meses después, el Monterrey recibió por el préstamo de su crack un hombro seriamente averiado, mientras que por el gusto de cumplirle cabalmente con el sueño de su padre el "Chupete" regresó con un aplazamiento de pago de 400 mil dólares en la bolsa, mismo que aún permanece bajo los estragos de la Ley Concursal española.

Y dos años antes, cuando el despedido Miguel Herrera le había echado el vestuario en contra, Suazo estuvo a un fax de emigrar al Independiente de Argentina.

Lo que es un hecho es que nunca nadie ha querido pagar más de 6 millones de dólares por él y hoy el Monterrey no va a sacrificar nada para satisfacer el deseo del "Chupete".

Si hay una oferta acorde a su calidad, el chileno se va con moño y toda la cosa, si no, no lo van a mimar para que esté contento en Monterrey.

PD: Reyna por Santana y ¿Elías Hernández por Danilinho? Los que se van, ganaron títulos en esta Ciudad y los que llegan nunca han ganado algo. No veo motivos para echar las campanas a vuelo.

Lo escrito, escrito está.

 

castillejos@elnorte.com