Hoy, más de medio siglo después de que México organizó por primera vez una Copa del Mundo, el País se prepara nuevamente para estar en el centro del escenario futbolístico global. Pero esta vez, las cámaras no son en blanco y negro, y la narrativa ya no se controla desde un solo canal. El Mundial 2026 nos encuentra más ruidosos, más digitales, más interconectados que nunca.