La Inteligencia Artificial (IA) no es ni buena ni mala. La IA no tiene moral, no distingue entre la justicia o la conveniencia, no siente ninguna culpa. Como cualquier herramienta poderosa, su impacto depende de la persona que la usa. Pensar lo contrario sería como culpar a un automóvil por los errores de quien lo conduce, no es el carro el que comete infracciones, sino el conductor que decide manejar a alta velocidad, viendo su celular o bajo los efectos del alcohol (justo están surgiendo carros autónomos). Lo mismo ocurre con la IA, no es ética ni inmoral, es amoral.