OPINIÓN

'Francesco', el documental

Mario Arroyo EN MURAL

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
"La Biblia necesita ser traducida constantemente a las categorías lingüísticas y mentales de cada cultura y de cada generación, incluso en la secularizada cultura global de nuestro tiempo". Eso afirmaba recientemente Francisco, en su carta Scripturae Sacrae affectus, con motivo de los 1600 años de la muerte de San Jerónimo, el traductor de la Biblia, del griego y hebreo al latín en la antigüedad. En ese documento, que pasó casi desapercibido, y en el que el Papa cita a intelectuales de la talla de Paul Ricoeur o Ludwig Wittgenstein, el Pontífice alaba la labor del traductor, reconociéndola como un "acto de hospitalidad", siendo en realidad un "constructor de puentes". Al terminar de ver el documental Francesco de Evgeny Afineevsky, teniendo como telón de fondo la reciente lectura del documento papal, no pude quitarme de la cabeza que quien en realidad es un "constructor de puentes" es Francisco, que "traduce" el perenne mensaje cristiano a categorías comprensibles para el hombre de hoy.