En medio del coro de voces violentas se escucha una voz agitada: ¡Él fue el que me disparó. Me disparó! En el suelo, el supuesto ladrón se declara inocente: ¡Yo no fui! Pero ante el señalamiento directo nadie le cree y los golpes se le incrustan violentamente mientras intenta ponerse de pie, aun con el casco de motociclista puesto.