La existencia de sonidos registrados sobre un soporte es relativamente joven, parte de 1857, cuando Édouard-Léon Scott de Martinville retiene imagen de sonidos sobre papel ahumado, pero no se popularizaron intentos más o menos afortunados hasta que Thomas Alva Edison -quien algunos investigadores afirman que nació en Sombrerete, Zacatecas- inventó el fonógrafo, pensado para retener dictados y charlas familiares o entrevistas, consistente en una gran bocina que captaba la voz, cuyo sonido era impreso mecánicamente sobre un cilindro de cera, sistema en el que luego se empezaron a hacer grabaciones de música y canto.