De no haber sido por los últimos cinco minutos del juego o por el ambiente, la tensión, el colorido y la fiesta que se vivía en los alrededores y en las tribunas previo al partido, yo juraría que lo que presencié anoche en el Estadio Tecnológico no era el tan esperado Clásico Regio, se parecía más a un encuentro de pretemporada en donde ambos equipos todavía traían las cargas físicas sobre las espaldas.