OPINIÓN

No es lo mismo

Carlos Bianchezi 'Careca' EN MURAL

MIN SEG

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A pesar de un ser deporte colectivo, el futbol siempre requerirá de la magia de las individualidades.

La gran diferencia entre el éxito y el fracaso de un equipo es contar con jugadores diferentes, y llamo diferente a aquel que brilla con luz propia, que es capaz de colocar en una jugada sosa los exquisitos condimentos técnicos para transformarla en verdadera obra de arte, en poesía futbolística.

Pocos son los que pueden presumir de este don, que normalmente pega durísimo en los bolsillos de los clubes, por ser indispensable y único. Esos jugadores fuera de serie, que con su talento hacen del futbol el deporte más espectacular del mundo.

Pero ¿hasta cuándo los directivos deben aguantar los berrinches de esos "fenómenos de la pelota", que muchas veces se creen más importantes que una institución?

Los directivos por muchos años han sido irracionales e injustos con los jugadores, han pisoteado sus derechos y hoy reciben una probadita de su propio chocolate.

No es la primera y creo que no será la última vez que un jugador utiliza a Tigres o Monterrey para asegurar el crecimiento de sus cuentas bancarias y como trampolín para su carrera.

Otra vez los jugadores deciden solos lo que ellos creen que es lo mejor para ellos antes de cumplir con un contrato.

Me preguntaron por qué a menudo los equipos regios se ven involucrados en novelas de esa índole, como las que en este momento viven Rayados con Humberto Suazo y Tigres con Danilinho.

La respuesta que encuentro está en que aquí, en Monterrey, se paga tanto a los jugadores estrellas que en dos o tres años perciben lo que no lograrían percibir en 5 ó 6 años jugando en sus países de origen o en otros equipos de México o de otras naciones de América. En poco tiempo les quitan el hambre y al tener la panza y la cartera llenas, fácilmente les dan la espalda a unos colores.

El "Chupete" es un gran jugador, pero todo lo sucedido en los dos últimos torneos, sus constantes lesiones, su baja de juego y ahora su deseo de salir, me hace pensar que el momento de un cambio puede estar cerca, aunque el Boca Juniors, el club argentino que lo quiere, tiene más nombre que dinero y no podrá comprarlo.

Otra vez una unilateral inquietud de Suazo vuelve a calentar el seno rayado y deberá ser la decisión más difícil para su directiva: ¿volverá a darle gusto al "Chupete" o se comportará como un club grande?

El caso Danilo Verón (Danilinho) se me hace menos complicado. El brasileño es un buen jugador, cumplidor, pero está lejos de ser un crack y si no quiere estar, no estará, por lo menos ése fue el mensaje enviado por la directiva felina al contratar a Elías Hernández.

 

careca@elnorte.com