Muy pocas veces en la historia de un país se lleva a cabo un cambio institucional tan radical como el que que estamos presenciando. Los símbolos lo dejaron claro: caracoles, copal, la encomienda a Quetzalcóatl, las y los ministros recibiendo sus bastones de mando. También las medidas de austeridad: reducción de sueldos y eliminación de prestaciones como seguros de gastos médicos y de vida. Todo ello transmite un mensaje inequívoco: el primero de septiembre comenzó una refundación del Poder Judicial en México.