Así la historia de terror. Pablo, por usar algún nombre, es un joven universitario prototípico. Vive con sus papás, le gusta hacer ejercicio y, aquel día, siendo sábado, decidió salir de fiesta. Con lógica de responsabilidad, optó por no irse en coche. Fue al antro, estuvo con su grupo de amigos y, a eso de las 3 de la mañana, decidió regresar a casa. A esto previo yo lo llamo el derecho de un joven universitario: baja responsabilidad y altas jarras.
Analista financiero, con un alto interés por el trasfondo de lo ordinario y cotidiano.