Somos simios viajeros. Nuestro origen se remonta a África Oriental, en una región transformada por la separación progresiva de la placa somalí y la placa africana, un proceso tectónico conocido como Rift, que comenzó hace unos 25 a 30 millones de años y dio lugar al actual Valle del Rift. Este cambio geológico alteró antiguos bosques tropicales, que se fragmentaron en un mosaico de sabanas, montañas, mesetas y valles profundos. Hace cinco a siete millones de años, nuestros ancestros, los primeros homininos, se separaron evolutivamente de nuestros primos los chimpancés. La reducción de bosques y la expansión de zonas abiertas impulsaron a nuestros antepasados a pasar más tiempo en el suelo, favoreciendo así el bipedismo (caminar en dos piernas). Caminábamos derechos mucho antes del crecimiento de nuestro cerebro. La inteligencia surge como una solución evolutiva para poder responder a un entorno que cambia más rápido que la progresiva y lenta selección natural. Adicionalmente, diversos cambios climáticos empujaron a nuestros antepasados a explorar nuevos territorios, y el gran éxodo fuera de África, de nuestra especie Homo sapiens, ocurrió hace apenas sesenta mil años. Desde entonces, no hemos dejado de viajar.
Analista financiero, con un alto interés por el trasfondo de lo ordinario y cotidiano.