OPINIÓN

Cuba

Bernardo González Mora EN MURAL

4 MIN 00 SEG

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En las últimas semanas se han dado brotes multitudinarios de inconformidad del pueblo cubano contra su régimen y sus gobernantes. Con la ausencia de Fidel Castro y el aparente retiro de Raúl, su hermano, sin la magia de sus héroes legendarios y una severa crisis económica, su nuevo presidente Miguel Díaz-Canel con un perfil profesional técnico (Ingeniero en Electrónica) y sin el halo místico de los líderes de la revolución no puede evitar que la gente salga a la calle, a pesar de que, seguramente, estuvo advertido por su aparato de control e inteligencia altamente socializado en cada comunidad. Fidel Castro, símbolo de la liberación de los pueblos del tercer mundo e impulsor de los movimientos antiimperialistas (guerra civil angoleña 1975-2002), la fallida aventura del Che Guevara en Bolivia en 1967, la Revolución Sandinista, entre otras, lo posiciona como un enemigo acérrimo de EU y como consecuencia el bloqueo decretado por el gobierno norteamericano. Su posición geográfica le da un gran valor estratégico para la URSS, su afín ideológico. En el marco de la Guerra Fría su alianza con Nikita Jrushchov provoca la crisis de los misiles que puso al mundo al borde de la guerra nuclear. Un acuerdo entre los líderes de las dos superpotencias Kennedy y Nikita -que no le gustó a Fidel- con el compromiso de no atacar Cuba a cambio de retirar los cohetes balísticos de EU en Turquía conjura la crisis, pero la rivalidad entre los dos vecinos se profundizaba.