Muchas personas, con una mezcla de perplejidad y tristeza, escuchamos cómo la actriz Michelle Williams atribuía a su "derecho a decidir", un eufemismo del aborto, el poder recibir un "Globo de Oro". Gracias al aborto pudo obtener un premio. Gracias a su defensa del aborto, con perorata política y feminista añeja, su discurso trascendió. Mostrando así cómo aborto y fama van de la mano. Más surrealista fue escuchar los fuertes aplausos y la emoción de las "estrellas" de Hollywood, celebrando su "decisión" y su "valentía"; celebrando la muerte...