De la omnipresencia de AMLO en la vida cotidiana, y de sus farragosas homilías matutinas, puede decirse lo que Jorge Luis Borges refirió a Adolfo Bioy Casares en una sobremesa, respecto de uno de sus contemporáneos: "Es curioso el caso de [Ernesto] Sabato: ha escrito poco, pero ese poco es tan vulgar que nos abruma como una obra copiosa". AMLO apenas ha empezado su periodo, pero su sobreexposición nos abruma ya como la sombra de un dictador. Es evidente que tiene una necesidad enfermiza de atención y protagonismo, y también que esta necesidad es inversamente proporcional a sus conocimientos y gracia.