Lleva todo el día nublado, pero notas que ya llueve; no sentiste la gota, solo que alguien te sigue con un paraguas. Es de noche, pero usas gafas porque ya sabes que la luz de los flashes te encandila los ojos. Te agita un poco el estómago, probablemente por la champaña que tomaste en la limosina. Escuchas el grito de tu nombre, pero no volteas; ya te acostumbraste. Te acercas a las vallas y notas la amplia sonrisa del tumulto de fanáticos. Claro, te alegras, abrazas y firmas un par de autógrafos. No es tu primera alfombra roja, pero tu piel no deja de enchinarse. ¿Lo lograste?
Analista financiero, con un alto interés por el trasfondo de lo ordinario y cotidiano.