OPINIÓN

La lógica del exceso

Eduardo Caccia EN MURAL

4 MIN 00 SEG

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Las inundaciones en calles de ciudades como México y Guadalajara ya no son accidentes, sino la rebelión del agua que cada temporada reclama lo que fue suyo. Sobre el pavimento resurgen ríos antiguos, corrientes oscuras que arrastran autos como cadáveres metálicos y devoran banquetas como si fuesen orillas frágiles de un lago ancestral. La ciudad, disfrazada de modernidad, se desnuda en su origen acuático. Las alcantarillas vomitan espuma como gargantas enfermas, los ductos subterráneos colapsan con un lamento sordo y el asfalto se quiebra en espejos movedizos donde el cielo se refleja con ironía. La mancha urbana, en su avidez de concreto, borró los suelos que bebían la lluvia; y ahora la lluvia se cobra la deuda con violencia. Cada tormenta es un juicio: el futuro que no supimos planear emerge bajo nuestros pies en forma de diluvio.