OPINIÓN

MÉXICO MÁGICO / Catón EN MURAL

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Caminé ayer por la calle de Bravo, en mi natal Saltillo. (Los saltilleros no decimos "calle Bravo", sino "calle de Bravo". También decimos "Voy pa'bajo" o "Voy pa'rriba" según caminemos hacia el norte o hacia el sur. Y es que Saltillo fue fundado en el declive de una montaña. Cuando llueve mi ciudad no se inunda: se lava).

Caminé ayer por la calle de Bravo, cuyo trazo sigue todavía las curvas de la acequia que alguna vez corrió por ella. De pronto se me apareció la amable sombra de don Eduardo Suess. Alto y erguido caballero, la gente decía de él que se había tragado una regla. Metódico señor, con él acordaba la gente sus relojes, según los exactísimos ires y venires de don Lalo de la casa al trabajo y viceversa.

Por iniciativa de don Eduardo Suess el municipio puso en las banquetas estos mosaicos rojos y amarillos que ahora voy pisando. Veo la sombra de don Lalo y miro mi reloj. Han pasado 70 años.