OPINIÓN

MÉXICO MÁGICO / Catón EN MURAL

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Ahí estaba aquel joven piloto de Saltillo, volando en su pequeño avión sobre la inmensidad del Pacífico del Sur, perseguido de cerca por aviones japoneses. Uno de ellos, un Zero, se puso tras de él y disparó con certera puntería el fuego de su ametralladora. El avión del Escuadrón 201 fue tocado por las balas, y despidió una larga estela de humo. La nave empezó a caer. El muchacho alcanzó a ver a lo lejos un pequeño islote, y enderezó la proa de su maltrecho aparato en dirección a él. Consiguió acuatizar sin que el avión se destrozara, y en la pequeña balsa salvavidas que llevaba logró llegar a la pequeña isla que desde el aire había avistado.