OPINIÓN

El PRI y el PAN sufren las consecuencias de sus propios errores, a la vez que adolecen de liderazgos competentes para enfrentar a Morena

Oposición

Luis Rubio EN MURAL

4 MIN 30 SEG

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El gran éxito del PAN en los ochenta y noventa radicó en una estrategia de gradual conquista territorial. En lugar de iniciar una embestida directa contra la presidencia -una empresa imposible frente a un partido hegemónico- su estrategia consistió en un proceso de seducción gradual de abajo hacia arriba: comenzar por municipios urbanos para capitalizar el creciente malestar ciudadano por la mala administración del entonces partido gobernante y seguir hacia arriba, presionando hasta lograr gubernaturas y, eventualmente, poder contender por la presidencia. La historia reivindica la clarividencia y sabiduría de los liderazgos que encabezaron aquellos esfuerzos. Y ese es el asunto crucial: esos líderes tenían una causa que abrazar y una estrategia para alcanzarla. La mayoría de los líderes opositores actuales utiliza su posición partidista para atender negocios personales. Enorme diferencia.