Venimos de aquellos años en donde las competencias de "belleza femenina" implicaban una serie de preguntas destinadas a lo que entonces se consideraba el lucimiento no físico de las candidatas. Ahí, debían ellas mostrarse en una mezcla perfecta de ingenuidad, buen corazón y algo de inteligencia y simpatía. La gente se reía porque sus respuestas siempre incluían dos cosas imposibles: erradicar el hambre de la humanidad y acabar con las guerras.
Sofía Orozco
Es tapatía, chef repostera por casualidad y periodiquera por afición. Desde una perspectiva ciudadana, analiza y critica lo cotidiano.