OPINIÓN

¿Habría que precisar qué decide la excelencia de una ahogada? Es difícil, o acaso imposible, porque, como está visto, las malas no existen

Unas ahogadas

NEGRO Y CARGADO / José Israel Carranza EN MURAL

5 MIN 00 SEG

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
Las tortas ahogadas malas no existen. O, si llegan a existir, desaparecen enseguida, no pueden durar más allá de unos cuantos instantes. La causa es simple: al haber una oferta tan abundante y esparcida en toda la ciudad, los primeros clientes que encuentren deficientes o decepcionantes las tortas de un determinado puesto o local correrán de inmediato la voz, y al mismo tiempo empezarán a abrir la brecha hasta el siguiente local, a unas cuadras, donde quedarán grandemente resarcidos por el disgusto sufrido. Habrá unas mejores que otras, tal vez, pero todas son deleitosas sin falla; por ello, también, es que en Guadalajara no hay negocio de tortas ahogadas nuevo. Todos tienen décadas de experiencia y sabiduría. Aunque se hayan inaugurado ayer.