Audiencia justifica
Manuel J. Jáuregui EN MURAL
Nos han hecho llegar, gente que conoce un resto de la promoción masiva (esto es, Masiva con mayúscula), las cifras, la estadística, los datos duros que justifican sobradamente la decisión -merecedora de aplauso- de conservar en México el Gran Premio de Fórmula Uno.
Se ha comentado de la derrama directa: decenas de miles de visitantes a la Ciudad consumiendo servicios y estimulando la economía de nuestra Capital. Cerca de 150 mil asistentes tan sólo el domingo da una idea de la popularidad del evento. Pero, adicional a esto, tenemos otros positivos que no se pueden ignorar: el año pasado nuestro Gran Premio, uno de los más populares y exitosos del circuito global, logró generar una audiencia global de más de noventa millones de observadores.
México se proyectó al mundo de una manera espléndida vía este gran espectáculo de gran ambiente, único, exuberante, divertido, entusiasta y desbordante en la pasión de los aficionados. No es necesario ser seguidor de ésta que es -nos dicen- la máxima categoría del automovilismo a nivel mundial, y cuyos principales 20 eventos anuales tuvieron en el 2018 una audiencia global de mil quinientos noventa millones de seres humanos. Cifra que representa un incremento del 3 por ciento con relación al año anterior.
Igualmente, la F1 es el deporte que mayor incremento en audiencia logró en 2018 en las llamadas "social media" (plataformas sociales), con un crecimiento del 53 por ciento año a año. Dándose este aumento en un público menor a los 35 años; la llamada "fanbase" (plataforma de fans) se coloca ya en 503 millones de personas a nivel global.
Ningún otro deporte combina la alta tecnología (las unidades de potencia de un F1 son ya las más eficientes en relación de consumo a potencia que cualquier otra en el mundo: 50 por ciento o más del combustible consumido convertido a energía) junto con la emotividad de una justa competitiva con un alto grado de peligro (velocidad de más de 370 kph) que pone a prueba no sólo la ingeniería de las máquinas, sino la pericia, capacidad y los cotiledones de los corredores, entre los cuales se encuentra, para incrementar el interés, un mexicano: el jalisciense "Checo" Pérez.
En suma, tenemos entendido que la Jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum; el Secretario de Turismo, Miguel Torruco; Don José Abed, vicepresidente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), empresarios y funcionarios federales concretaron titánicos esfuerzos y una gran labor en apoyo a continuar este magno evento que nos aporta -como país- una oportunidad inmejorable para divulgar masivamente en el mundo la imagen de un México progresista, pacífico, primermundista, moderno, capaz de hacer y lograr grandes cosas. Ello para contrarrestar tajantemente la imagen negativa que se divulga en medios informativos globales sobre nuestro País de ser violento, desordenado, retrasado y anárquico.
Al parecer, a diferencia de años anteriores, ni la CDMX ni el Gobierno federal aportarán dinero público, sino que actuando como facilitadores apoyaron las negociaciones y ofrecieron al dueño del espectáculo a nivel mundial, Liberty Media, y al CEO de Formula One Group, Chase Carey, las garantías requeridas, sobradas y abundantes, sobre todo en el tema de seguridad del público, así como de los participantes.
Aunque no se ha dado a conocer la fecha del evento hacia el futuro, se comenta que esto podrá saberse a detalle justo antes del que hubiese sido el último Gran Premio de México, en octubre. Toda vez que el circo de la F1 tomará su tradicional respiro de verano de tres semanas tras el Gran Premio de Hungría el primer fin de semana de agosto.
Ojalá y que no surja obstáculo alguno o escollo que brinquen a última hora para descarrilar este proyecto en el que hombres visionarios trabajaron arduamente para hacerlo realidad durante muchos años. Sería una gran lástima, pues oportunidades como éstas para proyectar a México hacia el futuro son escasas.
¡Enhorabuena a quienes lograron esta hazaña! Le han hecho a México una gran aportación y un gran servicio.

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