Recesión II
Manuel J. Jáuregui EN MURAL
Dos trimestres seguidos o más sin crecimiento económico es la definición de recesión. Ya sabemos que en el primer trimestre del año la economía mexicana se contrajo, y ahora con su "tracking" que no le cree mucho al ya politizado Inegi, Bank of America Merrill Lynch, una de las instituciones financieras más grandes del mundo, considera que México está en "recesión técnica", ya que prevén que en el segundo trimestre (que terminó hace 11 días) haya continuado la tendencia de nulo crecimiento del PIB.
Piensa Bank of America que, de suceder esto, las calificadoras internacionales le reducirán su grado crediticio a México. Ello, independientemente de lo que diga o no diga el "plan de rescate" a PEMEX que anunciará el Gobierno en breve. Uno que muchos temen será un "rescate total" (bailout), con lo cual se contaminarán las finanzas del Gobierno central con la podredumbre que sufre la petrolera más endeudada del mundo, PEMEX.
Se escuchan de parte de los que entienden de estas cosas gritos de alerta al Gobierno para que enmiende el desastroso camino estatista y neosocialista que ha tomado. La esperanza es que ante la gravedad de las consecuencias el Gobierno haga caso y -por lo pronto- le quite el freno al crecimiento de la economía. Igualmente, que comience cuanto antes a mandar las señales correctas de que el manejo de la economía estará despojado de dogmas y caprichos, siguiendo el sendero de la modernidad económica y no el del absolutismo neocomunista de los Gobiernos totalitarios.
Ya podrán los gobernícolas -y prevemos que lo hagan- descalificar todo lo que quieran a las calificadoras y a Bank of America, pero ello no impedirá que si ocurre la degradación se nos venga la estampida de los búfalos, esto es, la fuga de capitales hacia destinos más seguros en donde se practica la ortodoxia económica y no experimentan con políticas retrógradas sólo aplicadas en las economías más ruinosas del planeta.
El capital es el animal más asustadizo: a éste no le gusta el riesgo, ni siquiera cuando se le tienta con rendimientos fijos del 8.25 por ciento. Ello porque una devaluación como la que se nos puede venir, en un escenario desastroso del peor caso, borraría de un golpe las "ganancias" del alto rendimiento, pues convertiría a nuestra moneda en el mismo material que nuestra deuda: "chatarra".
Están estos señores hiperdespistados de la 4T jugando con lumbre en una fábrica de cohetes: literalmente están poniendo en riesgo el futuro económico y social de México ante la posibilidad de hundir en la miseria a millones de mexicanos, a los cuales ninguna dádiva gubernamental podrá librar de una caída estrepitosa en su nivel de vida.
Apanica a propios y extraños que -a juzgar por la evidencia- nuestros gobernantes no se percaten de que en los hechos, que no en los dichos, han emprendido una acometida feroz contra la confianza de los inversionistas. Sin este ingrediente, ningún Gobierno puede hacer crecer su economía generando desarrollo, empleos y creando riqueza para repartir.
Cuando tomó posesión el nuevo Secretario de Hacienda, Arturo Herrera Gutiérrez, afirmó que su labor sería "combatir la desigualdad". Debió haber dicho "impulsar el crecimiento", pero seguramente no quería contrariar a su jefe, de ahí la cara de susto que portaba.
¡No puede haber igualdad mientras la economía esté en crisis! ¡Repartir la pobreza no es opción! La única puerta de salvación para poder combatir la desigualdad es crear riqueza que repartir. Pensar cualquier otra cosa es no sólo ir contra la evidencia, sino contra la historia misma. Ni en la Unión Soviética, ni en Cuba, ni en Venezuela ha funcionado el esquema socialista de imponer igualdad por decreto presidencial. La desigualdad se borra sólo con una economía pujante que les brinde oportunidades económicas a todos.
Cantada está la venida de la tormenta, el no hincarse no sólo demuestra ateísmo, sino una actitud de desprecio para el bienestar del pueblo, el mismo que los de la 4T dicen defender, pero que en realidad están hundiendo en el marasmo de una -muy prevenible- crisis económica.

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