OPINIÓN

Dos ferias del libro, la Municipal e Inventario: una desolada y otra pletórica

De feria en feria

LA MENOR IMPORTANCIA / José Israel Carranza EN MURAL

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El sábado fuimos, primero, a la Feria Municipal del Libro de Guadalajara. Cuando era niño, ese espacio fue decisivo para el lector en que me convertiría, y cada mayo me emocionaba que mis papás me llevaran a los portales de la Presidencia. Muy pocos años, en cuarenta y tantos, he dejado de darme una vuelta, y casi siempre me ha recompensado el hallazgo de alguna maravilla, ya sea un libro largamente buscado o uno inesperado, en todo caso irresistibles. Y, cuando no ha sido así, al menos he disfrutado ver cómo la gente se acerca a hacer sus propios hallazgos. Porque creo que el privilegio de esa feria es, justamente, el lugar en el que se celebra: al paso de la gente, en medio de todos los días.