OPINIÓN

El profe Merino

TRANSVERSAL / David Gómez-Álvarez EN MURAL

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Para José Gaos, el filósofo del exilio español en México, el mayor homenaje que un alumno puede rendirle a su maestro es romper con él. Cuando decidí volver a mi natal Guadalajara le escribí esta frase a manera de epígrafe en un libro que le regalé al profesor Mauricio Merino como despedida al renunciar del IFE, donde era su asesor. Parafraseando al propio Gaos, diría que no hay mayor homenaje a la vida que cuando uno se reencuentra con su maestro. Confieso que esta columna no es ni pretende ser objetiva, pues mi sesgo afectivo, profesional y político me ligan a él por casi tres décadas. Si acaso, intenta mostrar algunas facetas de la destacada trayectoria pública e intelectual de uno de los mejores académicos en ciencias sociales del país desde mi experiencia personal.