OPINIÓN
MÉXICO MÁGICO / Catón EN MURAL
Está sobre la mesa un canastillo con las primeras ciruelas que este año dio mi huerto.
Yo quiero probar una, pero temo descomponer ese perfecto cuadro que se diría pintado por Cézanne. Miro los rojos frutos en reposo y creo que en ellos duerme también la luz del sol con el cristal del agua y con las savias de la tierra.
En todas partes se halla Dios, enseñó el buen padre Ripalda. Se me está mostrando ahora en la plenitud de estas ciruelas que son caricia y miel, aroma y púrpura. Cuando salga de este arrobo tomaré una ciruela con la misma unción con que toma la hostia el oficiante. Comulgaré con ella, y en esa comunión mi casa se hará templo, y Dios se hará presente en mí.