OPINIÓN

Envolver en plástico los libros sugiere que se puede maltratarlos y descuidarlos

¡Sin forrar!

LA MENOR IMPORTANCIA / José Israel Carranza EN MURAL

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Por lo que he sabido, son cada vez más las escuelas que piden no forrar libros y cuadernos ahora que está por comenzar el año escolar. Cuando nos enteramos de esa nueva medida, nuestra alegría tuvo que abrirse paso a codazos ante la incredulidad. ¡Adiós a las horas de vacaciones desperdiciadas con la mesa del comedor atestada con útiles y reglas y cúteres y tijeras! ¡Nunca más la frustración horrenda que sólo conocen quienes tienen que luchar cuerpo a cuerpo contra los metros de esa materia indócil y cruel que es el plástico autoadherible! ¡Y las burbujitas! ¡Ya no sufriremos por esas burbujitas malditas que, por más que se alise y se aplane y se sobe y se haga todo en cámara superlenta, siempre terminan inflándose en la portada del libro de Español!