OPINIÓN

PKX

Manuel J. Jáuregui EN MURAL

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
El miércoles despegó el primer vuelo (un Airbus A380 de China Southern Airways) del fabuloso nuevo aeropuerto de Beijing Daxing (siglas PKX), construido en cinco años a un costo de 17 mil millones de dólares. Daxing es adicional al otro aeropuerto de la capital china, Beijing Capital (PEK), que es el SEGUNDO MÁS GRANDE DEL MUNDO, moviendo 101 millones de pasajeros al año. (El de la CDMX mueve 47 muy apenas y con instalaciones obsoletas, derrelictas y que además se hunden).

Daxing tiene forma de estrella y cuenta actualmente con cuatro pistas (que se expandirán a siete) a las cuales califican de "multidireccionales", de tal manera que el tráfico aéreo puede evitar las zonas de "no vuelo" y evitar interferir lo menos posible unos con otros. Se estima que para 2022 China sea el mercado aéreo MÁS GRANDE del mundo, sobrepasando a Estados Unidos. Para entonces, Daxing estará transportando más de 100 millones de pasajeros al año. China, además de estos dos espectaculares aeropuertos, cuenta con el de Shanghai Pudong, que despacha a 74 millones de pasajeros al año.

El de Daxing ocupó más de 40 mil trabajadores durante su construcción, de manera que dio sustento a similar número de familias, ello adicionalmente a la derrama económica en la comunidad por la parte de los proveedores. El diseño corrió por cuenta de Zaha Hadid, ganadora del Premio Pritzker de Arquitectura en 2004, de origen iraquí, quien vivió y estudió en Londres, y tristemente murió en Miami en 2016 a los 65 años antes de ver terminado su fabuloso aeropuerto, una visión práctica y moderna en vidrio, acero y cemento, que cuenta en el área internacional con una cascada y un gran estanque de peces koi, conformando un oasis de reposo que asombra y apantalla.

Los aficionados a la Copa del Mundo tendrán oportunidad de ver (y vivir) uno de los últimos diseños espectaculares de esta arquitecta de clase mundial: el Estadio Al Wakrah, en Qatar, sede de esta competencia en el 2022. Zaha Hadid estaba considerada a la par de los íconos actuales de la arquitectura, Santiago Calatrava y Norman Foster, este último contratado para co-diseñar el finado NAIM en Texcoco.

Y hablando de aeropuertos, ¿podría alguien informar si acaso ya ESTÁ DISEÑADO el PATRÓN de TRÁFICO AÉREO que se empleará para hacer compatibles las pistas que la SEDENA construirá en la ex base aérea de Santa Lucía y el actual AICM?

Este nuevo fabuloso aeropuerto de Daxing se diseñó y construyó en función al tráfico aéreo, y sus pistas fueron dispuestas no al capricho o a las exigencias orográficas, sino para hacerlo más eficiente y SEGURO, tanto en la aproximación como en la partida de las aeronaves. ¿Se tendrá esto resuelto para St. Lucy y el Benijuá y sus 47 millones de pasajeros anuales?

Esto lo preguntamos porque, antes de que comiencen a jalar las conformadoras de la Sedena con el trazo de las pistas, no vaya a ser que luego resulte que la Lucha y el tal Benito nomás no se entienden. Dios no lo quiera, pero imaginen si luego hay guamazos por aquello de que dos objetos sólidos no pueden ocupar el mismo espacio al mismo tiempo.

Como que todo esto -la construcción de dos aeropuertos de alto tráfico aledaño uno al otro- requiere de PLANEACIÓN previa y realizada por expertos. No decimos que los ingenieros de la SEDENA no sean buenos, sino que dudamos que exista en esta augusta dependencia, bajo el atinado mando de Mi General Luis Cresencio Sandoval, un área específica dedicada a planear las rutas de aproximación, despegue y despacho de aeronaves civiles, unas con Don Benito y otras tantas con Doña Lucía.

Como que esto corresponde a la IATA, la FAA o a MITRE, es decir, a organismos cuya especialización sea mantener seguras y eficientes las rutas aéreas sobre y en torno a los AEROPUERTOS. Sobre todo, en aquellos aquejados por una ALTA CONGESTIÓN de vuelos, como es el actual Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México BENITO JUÁREZ. Y ya para concluir, con estoicismo habrá que aceptar, quizás, que ¡el MUNDO AVANZA, pero nuestro México Mágico se queda donde mismo! ¡Ajúa!