'Citlali Ibáñez'
Manuel J. Jáuregui EN MURAL
No recurriremos al "argumentum ad hominem" como lo hace frecuentemente el Gran Jefe Pluma Blanca para descalificar a sus críticos.Meramente señalaremos un tema, verídico, que define de manera perfecta el doble estándar que aplica el Jefe Político de la 4T para denostar en otros lo mismito que ellos hacen y por tratarse de ellos, lo consideran "legal" defendiéndolo.Demostrando con la defensa que los mismos vicios son tolerables cuando los cuatroteístas los abrazan, pero condenables cuando los ostentan sus "rivales".Esta doble moral, por supuesto, da completamente en la torre a la principal, que es la autoridad moral, pues quien la tiene no se fija en quien falta, sino en lo que consiste la falta.Bien, Citlali Ibáñez Camacho es el nombre de pila de la presidenta de Morena, Yeidckol Polevnsky, de quien nos acabamos de enterar que el Presidente Peña Nieto (y sus Secretarios de Hacienda, Luis "El Caemebién" Videgaray, y sus sucesores, Pepe Toño Meade y Pepe Toño González Anaya, este último de pasadita concuño del ex Presidente Carlos Salinas de Gortari, a quien presuntamente también le perdonaron impuestos) le CONDONÓ poco más de DIECISÉIS MILLONES de pesos.El Gran Jefe Pluma Blanca, quien dice aborrecer este trato y quien ordenó que se divulgara la lista, fustiga a los ex Presidentes por esta práctica que considera indebida, pero al mismo tiempo en el caso de Citlali Ibáñez Camacho (Yeidckol) dice que "es legal" y que está bien.¡O todos coludos o todos rabones!¿O qué acaso si el beneficiado es de Morena está bien, pero si es un priista o un artista "está mal"?No vamos a ahondar en las razones por las cuales la señora Polevnsky se cambió (o le cambiaron) de nombre; sus circunstancias personales no forman parte de esta discusión, aunque son altamente interesantes y ella es una figura pública.Lo que este episodio demuestra en nuestra cada vez más increíble "vida política nacional" es que la actual presidenta de Morena (quien por cierto anteriormente fue dirigente de la CANACINTRA y muchas otras cosas) pierde toda su autoridad moral, llevándose de encuentro a quien la puso y quien la defiende.No vuela ningún argumento apoyando el que un militante o dirigente nacional de una agrupación política rival reciba semejante favor del jefe político (y Presidente) del partido que pretende tumbarlo del poder.Por supuesto, sin lugar a dudas que se trata de un "quid pro quo" (me das y te doy): de manera que el favor recibido por parte de la hoy dirigente de Morena de alguna manera se lo pagó al ex Presidente que le condonó 16.4 millones de pesos de pago de impuestos.La cantidad misma que le fue perdonada, siguiendo la ley de "si así está la vereda ¿cómo estará el ranchito?", indica que la dirigente de Morena es una persona ACAUDALADA.El cómo y de qué lo tendrá que aclarar ella.Y lo tendrá que hacer, no a nosotros, que nos vale una pura y dos con sal, sino a los propios miembros del LEGISLATIVO de su partido, incluido el coordinador de los Diputados de Morena, Mario Delgado, quienes consideran que ante los hechos salidos a relucir, YP ha perdido toda AUTORIDAD MORAL para dirigir a su partido.Igual van a tener que pedir prestados del PT a personajes con "gran autoridad moral" como Noroña, jajajaja.O a nítidos y limpios personajes, modestos y humildes, con harta experiencia política, como a un señor que se llama Manuel, le apodan el "Se Cayó el Sistema" y se apellida Bartlett Díaz.La verdad sea dicha, como que en MORENA escasea eso de la autoridad moral, con todo y el "no se confundan, no somos iguales".¿Ah, no?Entonces que expliquen la fortuna y el perdón fiscal para doña Citlali (a.k.a. Yeidckol), la fortuna de Bartlett y familia, y la relación personal de negocios entre el director de PEMEX, Octavio Romero, y la directora del Cenagas, Elvira Daniel K., como socios y proveedores del Gobierno, junto con sus hijos.¿O qué si lo hacen otros es "conflicto de interés", pero si lo hacen miembros prominentes de la 4T está bien, porque "somos diferentes"?Lo que diferencia a las personas es su comportamiento, no su afiliación.En consecuencia, si se mide con doble vara, jamás logrará tener ante los ojos del mundo y la mitad autónoma de México la autoridad moral requerida para gobernar exitosamente una nación democrática.

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