OPINIÓN

¿Dos Bocas?

OPINIÓN INVITADA / Juan Manuel Ochoa Torres EN MURAL

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La palabra "dogma", si bien hace milenios significaba "opinión" o "propuesta" (del griego dokein: opinar), extrañamente con los siglos adquirió otro significado, algo así como una verdad indiscutible para sus seguidores.

Una de las manifestaciones del dogma marxista fue el estatismo, a pesar de que el propio Marx se oponía tenazmente al burocratismo. Este singular hecho sólo puso de relieve que el extravío intelectual del marxismo-leninismo fue tal, que desembocaron justo en el otro extremo al que pretendían llegar: en la burocracia de burocracias, donde todos serán empleados de un Estado torpe, ineficiente, corrupto e improductivo, que sólo sobrevive como dictadura.

Entre otros errores, consideraron al sistema de libre empresa como una artificiosa creación humana, ignorando dos muy relevantes hechos:

El sistema de libre empresa acompañó a los seres humanos desde la aparición del "hombre social", y sólo evolucionó al paso de los siglos.

Desconocieron también que a todos los procesos clave la naturaleza los dotó deliberadamente de un cierto estímulo primario que, quien lo siguiese, generase sin siquiera darse cuenta otro objetivo secundario invisible que sería el realmente importante.

Por ejemplo, tanto un empresario como un pequeño taller se sienten "obligados" a cuidar sus costos o recursos, de otra forma jamás obtendrían (objetivo primario) "utilidad" alguna, y actuando así -sin siquiera darse cuenta- cumplen con el segundo objetivo secundario: optimizar los bienes y recursos de la colectividad; mecanismo que debe interactuar con la libre competencia, al escoger el consumidor la mejor opción disponible en cuanto a precio, calidad y otros.

Quienes refutan tal proceso aseguran que este sistema "no es perfecto", olvidando que toda actuación humana es también "imperfecta", razón por la cual existen leyes familiares, penales, políticas, sanitarias, mercantiles y de toda índole, justo para circunscribir nuestra actuación. Quien ignore estos principios básicos desconoce el ABC de la economía, y al desecharlos, convierten a las empresas estatizadas -entre otros inconvenientes- en entidades muy vulnerables a la corrupción, como aconteció con Odebrecht.

En la refinería de "Dos Bocas", aun haciendo de lado el indispensable análisis previo respecto a su viabilidad, ubicación, financiamiento y otros, lo más preocupante es su enfoque estatista.

Por eso los más exitosos desarrollos productivos de este tipo son los que combinan la inversión y administración pública con la privada (APP), precisamente para aprovechar las ventajas de ambos esquemas productivos, y así poder cuidar los recursos manejados en beneficio del pueblo.

Siendo así que quien por pereza intelectual, ignorancia, conveniencia o simple tozudez prefiera continuar con sus dogmas, haciendo de lado el conocimiento y experiencias económicas mundiales, no sólo hará historia con multitud de errores, sino perjudicará a la comunidad y su propia imagen pública.

No es difícil comprender también por qué el verdadero liberal desecha en automático todo dogma, y nunca considera a priori como verdad indiscutible cualquier creación humana, sino que sustenta sus decisiones en experiencias y opiniones perfectamente analizadas y probadas.

Además, la necesidad casi nos obliga a ello, dado que en el país y el mundo no sólo existen dos bocas, sino miles de millones de ellas -quizá en diciembre del 2022 llegaremos en el globo a 8,000 millones, cuando apenas 11 años atrás, alcanzamos los 7,000- por tanto, casi ruego a quien tome decisiones a que actúe de manera responsable y, haciendo de lado dogmas, evite dañar a los demás y a sí mismo.

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